Desde sus orígenes, Barcelona es una ciudad comercial. Entre sus calles conviven establecimientos emblemáticos con más de 100 años de historia, centros comerciales, grandes almacenes y pequeñas tiendas de artesanía local.
Barcelona es como un mundo en sí misma por la cantidad de experiencias que ofrece para los sentidos. Pero, si solo te quedas en ese mundo, te estarás perdiendo el cosmos que hay más allá de los límites de la ciudad.